La “Fábrica de Discos Columbia” (1935-1957)

Después de la disolución de la Columbia Graphophone Company, Juan Inurrieta emprendió su propia aventura en solitario. En el primer catálogo general de la fábrica, publicado en 1936 y que contiene todos los discos publicados hasta finales de diciembre de 1935, se destaca: “Las palabras Columbia, Grafófono, Dos notas musicales, Radiofonola, Fonorradiola, Iberia, Apolo, están registradas debidamente para designar discos, aparatos eléctricos, agujas, etc. La dirección”.

Este catálogo incluye la mayor parte de las referencias de la marca Regal que previamente era utilizada por la «Columbia Graphophone Company SAE» y que a partir de este momento se renombró como Columbia.  Estas referencias comprenden grabaciones cuyas matrices no eran propiedad de la sociedad británica, como música española, archivo de la palabra, zarzuelas, folklore, etc. Entre los discos de música vasca a los que se les asigna una nueva referencia, destaca el primer disco comercial grabado por bertsolaris (Asteasu y Txirrita N 1176, antes RS 538), así como bandas como la Irutxulo y la Banda Municipal de San Sebastián, La Comparsa Pello Errota, los Coros Donostiarras y de los Poxpoliñas, el cuarteto “Usurbe”, Los gaiteros de Régil, el Ochote Sietecallero de Bilbao, el Orfeón Donostiarra, la Schola Cantorum Santa Cecilia de Bilbao y triki-trixas de Elgoibar, Gipuzkoa y Zumarraga, así como los txistularis de San Sebastián y Errenteria, entre otros. Todos estas grabaciones fueron publicadas anteriormente bajo el sello Regal.

La Fábrica de Discos Columbia llevaba a cabo todos los procesos de fabricación, con varios departamentos, como la imprenta o el laboratorio, entre otros. En la imprenta de la fábrica se producían las etiquetas que se adherían a los discos y las fundas. Había una sección de química para la creación de las matrices de los discos. El baño de matrices también se utilizaba para fabricar agujas para gramófonos, y se llevaba a cabo la elaboración de agujas para tejer. Además, construyeron una sala de impresión donde grababan la música más popular. Aunque las grabaciones de Columbia llegaron a lugares tan remotos como Angola, donde se realizaron algunas grabaciones para Portugal, incluso se consideró establecer una fábrica allí.