Los conflictos con el nombre comercial
El 28 de abril de 1923, bajo el número 6.449 y a nombre de Juan Inurrieta, quien se presentaba como gerente de «Columbia Graphophone Company, S.A.E.», se realizó una solicitud para registrar el nombre comercial de «Columbia Graphophone Company, S.A.E.«. Sin embargo, esta solicitud fue denegada el 18 de diciembre de 1923 por el Registro de la Propiedad Industrial. La razón de la denegación se debió a que algunas de las palabras que conformaban el nombre ya estaban registradas como marca. A pesar de presentarse un recurso, este fue rechazado el 2 de abril de 1924.
Por segunda vez, se presentó una solicitud el 20 de agosto de 1931, y el 1 de septiembre de ese mismo año, se publicó en el Boletín de la Propiedad Industrial bajo el número 12.912. En respuesta a esto, la “Compañía del Grafófono Columbia, S.A.E.” de Barcelona presentó un escrito de oposición a esta concesión con fecha de 29 de octubre de 1931.
Los argumentos presentados en esta objeción son los siguientes: el nombre comercial está redactado en un idioma extranjero y lleva el indicativo de sociedad anónima española, lo cual va en contra de la ley. Además, se utiliza el nombre «Columbia», que es de su propiedad. En su escrito, detallaron tanto las marcas registradas a su nombre, incluyendo el diseño de las dos notas semicorcheas y el lema «Columbia» desde agosto de 1914, como el nombre comercial registrado el 8 de julio de 1924. Argumentaron que la concesión podría inducir a la confusión debido a la similitud con su nombre comercial (n.º 6.811) y su marca (n.º 52.233).
Tras este escrito, la tramitación del nombre comercial nº 12.912 queda en suspenso. El 18 de noviembre de 1931 la “Columbia Graphophone Company” de San Sebastián presenta un escrito de oposición. Entre sus argumentos alega que es concesionaria de la compañía inglesa “Columbia Graphophone Company Ltd.” de Londres y que como “filial” (y aquí está la trampa), no puede llamarse de modo distinto. Presentan también la escritura de constitución de la sociedad que la acredita como sociedad anónima española. Además, alegaron que no existía similitud que pudiera llevar a error entre las dos denominaciones. También argumentaron que el recurso de objeción presentado por la compañía barcelonesa nunca debió haberse aceptado, ya que, según las leyes, el nombre comercial está protegido en todos los países de la unión sin necesidad de registro, y que la “Columbia Graphophone Company Ltd” de Londres, filial a su vez de la homónima americana, existía anteriormente al registro n.º 6811 por parte de la compañía de Barcelona. Además, la sociedad inglesa fue inscrita en la oficina de patentes de Londres el 8 de octubre de 1920 y el 8 de mayo de 1913 en los Estados Unidos, y sus derechos para España comenzaron a utilizarse el 7 de mayo de 1900. En lo que respecta al uso de la palabra «Columbia«, señalaron que se trataba de una denominación geográfica y que, en el caso de la compañía de Barcelona, era una falsa indicación de procedencia que iba en contra de la ley, lo cual no sucedía con la sociedad donostiarra, ya que era la sede original de la casa matriz.
Compañía del Grafófono «Columbia» SAE (1924)
La sociedad donostiarra argumentó que la denegación del nombre comercial número 6.449 en 1923 se debió a que en ese momento, Juan Inurrieta, quien presentó la solicitud como gerente de la sociedad «Columbia Graphophone Company, S.A.E.«, no tenía la capacidad de actuar en representación de la sociedad, ya que esta última no se constituyó legalmente hasta el 30 de agosto.
Estos argumentos convencieron al juez, quien, el 9 de diciembre de 1931, falló a favor de la «Columbia Graphophone Company» de San Sebastián. Como resultado, la sociedad obtuvo el certificado de registro número 12.912 el mismo día.
La concesión del registro del nombre comercial se publicó en el Boletín de la Propiedad Industrial el 4 de enero de 1932. Sin embargo, al mes siguiente, el 26 de febrero, la sociedad barcelonesa presentó un recurso con argumentos muy sólidos. En primer lugar, negaron que la «Columbia Graphophone Company, S.A.E.» de San Sebastián fuera una sociedad inglesa o incluso una filial, ya que en el documento de constitución del 30 de agosto de 1923, figuraba que esta se llevó a cabo entre los señores Iñurrieta, Vega de Seoane y Reparaz, tres personas españolas sin la participación de la compañía londinense. Argumentaron que el contrato que Juan Iñurrieta tenía con la compañía de Londres era un contrato de exclusividad, pero no demostraba filiación. Además, señalaron que el contrato era privado y se realizó entre la compañía de Londres y la «Sociedad Hispano Americana Inurrieta y Cía» de San Sebastián. Sin una transmisión previa a su favor por parte del titular, es decir, de la Sociedad Hispano Americana, Juan Iñurrieta no podría haberlo aportado a la sociedad.
El juez aceptó todos los argumentos presentados por la «Compañía del Grafófono Columbia, S.A.E.» de Barcelona, y el 19 de marzo de 1932 falló a su favor. En su fallo, respecto al contrato presentado por Iñurrieta, el juez declaró textualmente que “no se autorizó ni a la Hispano Americana Inurrieta y Cía, ni mucho menos a Don Juan Iñurrieta para registrar en España a su nombre ninguna marca ni nombre perteneciente a la sociedad inglesa “Columbia Graphophone Company”, sino sólo para usarla mientras dure el contrato, quedando dichas marcas a nombre de la propiedad de la “Columbia Graphophone Company” (clausula 31 del contrato)” y “tan pronto como expire o se anule éste, el agente cambiará inmediatamente el nombre y cesará de usar cualesquiera palabras de las unidas a él”.
El 17 de octubre de 1933, la Compañía del Grafófono Columbia S.A. de Barcelona enajenó algunas de sus propiedades industriales, incluyendo varias marcas y el nombre comercial número 6811. Estos títulos fueron subastados, y aunque la Columbia Graphophone Company S.A.E. de San Sebastián participó en la subasta, los títulos fueron adjudicados a Don Álvaro de Malibrán.
La compañía comenzó a tomar medidas para adquirir estos títulos y buscó asesoría legal sobre el proceso a seguir debido a sus desconfianzas hacia el Sr. Malibrán. Después de investigar las marcas registradas y asegurarse de la inscripción del Sr. Malibrán como propietario de las mismas el 23 de diciembre de 1933, ambas partes firmaron un acuerdo de compra, y el 19 de enero de 1934, la Columbia Graphophone Company de San Sebastián inscribió la propiedad de la concesión de la que ya era dueño.
A partir de esta fecha, comenzaron a registrar las marcas (1). El 7 de julio, registraron la marca “Columbia” (n.º 23.227) y “Dos notas” [semicorcheas] (n.º 23.226); y el 26 de septiembre, registraron otras variantes de las marcas (n.º 53.276 y n.º 52.290).
Marca Nº 23.227
Marca Nº 23.226
(1) La famosa marca “Viva-tonal” utilizada por la Columbia Graphophone Company está registrada, desde el 15 de diciembre de 1933, con el número 96.740