Con A de artista

Un somero recorrido por los nombres más relevantes del panorama creativo vasco de la segunda mitad del siglo XX nos obligaría a hablar de decenas de populares artistas conocidos por su casi completa dedicación a la creación pura. Sin embargo, pocos de ellos se resistieron a volcar su talento en otros campos más populares, como el de la ilustración de libros y revistas, el diseño de carteles o, cómo no, la creación de portadas y carátulas de discos. En las siguientes páginas citaremos a algunos de los más importantes en orden generacional, con el fin de poder apreciar los ejemplos con cierto orden temporal y evolutivo. Vaya por delante que la selección no se ha llevado a cabo teniendo en cuenta aspectos vinculados a la calidad, relevancia o popularidad de los discos o sus intérpretes, sino que únicamente ha atendido a aspectos relacionados con la siempre discutible calidad gráfica y artística de las propuestas.

Figs. 7 – Néstor Basterretxea
Portada del disco de Benito Lertxundi “Zenbat gera”, 1967
Cinsa, 1967
Eresbil G13-0348

Figs. 8 – Néstor Basterretxea
Portada del disco de Benito Lertxundi “Gure bide galduak…”, 1967
Cinsa, 1967
Eresbil GA107-D019

Sin lugar a dudas Néstor Basterretxea (1924-2014) fue uno de los creadores vascos más relevantes de la segunda mitad del siglo XX. Más allá de su producción artística, la versatilidad de este creador aparece reflejada en los múltiples campos de interés en los que volcó su talento. Su vínculo con el cine como director, productor, miembro fundador de la Filmoteca Vasca y codirector del Festival Internacional de Cine de San Sebastián en 1978, amén de su trabajo en otros ámbitos como el diseño de muebles, de escenografía y vestuario, así como de carteles, son una muestra de ello. Basterretxea fue, además, miembro del movimiento cultural Ez Dok Amairu, lo que le propició una estrecha relación con el mundo de la música, aspecto que se puede constatar en las carátulas que creó para los discos de algunos miembros del colectivo. Las portadas ideadas para Gure bide galduak… y Zenbat gera (Cinsa, 1967) de Benito Lertxundi [figs.7 y 8], son un claro exponente del fino instinto que Basterretxea demostró en su acercamiento al mundo del diseño gráfico. El uso del fotomontaje sobre potentes fondos de color azul y negro, los campos blancos y azules que generan la sensación de tiras de papel pegado, así como la tipografía de palo seco que aporta la información de forma clara y directa, son algunos de los rasgos que convierten a estas piezas en una notable muestra de su trabajo en este campo.

Asimismo, sobresalen la portada del ya citado disco epónimo de Xabier Lete, además el diseño para Karraxiz (Xoxoa, 1979), poema coral basado en la Serie Cosmogónica Vasca con textos del propio Basterretxea y música de Sara Soto Gabiola, XX. mendeko eliz musika (IZ, 1988) del coro Eskifaia, Aita Madina: zortzikoteentzako kantak (Kea, 1996) del ochote Ozenki o Auñamendi (Elkar, 2009) de Jean Mixel Bedaxagar, trabajos en los que experimenta con la fotografía, la pintura y las imágenes de algunas de sus obras escultóricas.

En 1948, Basterretxea conoció al escultor Jorge de Oteiza (1908-2003), artista al que le unirá una profunda amistad, además de influirle notablemente. Ambos colaboraron en la creación de una carátula extremadamente moderna para el disco epónimo del grupo Oskarbi (Edigsa/Herri Gogoa, 1969) [fig.9]. Su planteamiento minimalista toma como punto de partida el uso de un fondo blanco y la combinación de formas geométricas básicas con tipografía vasca, generando así un curioso contraste entre modernidad y tradición. Aunque Oteiza no fue muy prolífico en este campo, cabe destacar otros trabajos como la portada de Euskal kantu zaharrak (Ots, 1972), en la que se reproduce una imagen escultórica del busto del bertsolari y escritor Xenpelar o Hitz urri batzuk (Edigsa/Herri Gogoa, 1976) de Oskarbi, carátula en cuyo diseño interior colaboraron otros creadores destacables como el pintor y grafista Antonio Valverde “Ayalde”, gran amigo de Oteiza, y Félix Garrido.

Fig.9 – Jorge de Oteiza y Néstor Basterretxea
Portada del disco epónimo del grupo Oskarbi, 1969
Edigsa/Herri Gogoa, 1969.  © Elkar
Eresbil GA107-D003

Fig.10 – Félix Baragaña
Portada del disco “Bertsolari Doñuak, 1”, 1967
Usandizaga, 1967
Eresbil G11-5798

Las colaboraciones del artista Félix Baragaña (1925-2017) con el sello donostiarra Usandizaga a finales de los años sesenta y comienzos de los setenta constituyen otro notable ejemplo de cómo un artista plástico deriva una parte relevante de su producción hacia el mundo de la creación aplicada. Además de pintor, ilustrador y cartelista, Baragaña contribuyó al impulso del arte contemporáneo vasco desde la Galería B de Donostia-San Sebastián, espacio que codirigió entre 1975 y 1979 junto a su mujer Carmen Bandrés (1936-2017). Las imágenes de sus ilustraciones para portadas de discos poseen una gran potencia, fruto de una compleja mezcla de evocaciones cubistas y expresionistas a las que une un intenso colorido y un tipo de trazo que frecuentemente recuerda a la técnica de la xilografía de la que era un gran conocedor.

Son especialmente representativos de su trabajo en este campo los diseños para Bertsolari Doñuak, 1 (Usandizaga, 1967) y los discos dedicados a Guridi, Fernando Remacha, Usandizaga, Aita Donostia, Zubizarreta e Iruarrizaga, de la serie Euskal Abesbatza Antolojia (Usandizaga, 1971-1974).

Aunque la huella de Rafael Ruiz Balerdi (1934-1992) en la ilustración de carátulas de discos es relativamente escasa, su particular universo visual embellece el exterior de la carátula de Iratze okre geldiak (Kea, 1982) de Imanol [fig.11]. La imagen pertenece a un periodo de gran efervescencia creativa en el que el artista había abandonado la pintura al óleo para trabajar con ceras y tizas pastel. La espontaneidad del trazo, el color, la forma y el gesto de Balerdi, dieron como resultado creaciones abstractas de gran contraste y atractivo visual. Esta obra constituye, junto con otros ejemplos como la portada del popular single Aita Semeak (1975) de Oskorri, una clara muestra de la traslación directa del universo pictórico del artista a la carátula de un disco.

Fig.11 – Rafael Ruiz Balerdi
Portada del disco de Imanol “Iratze okre geldiak”, 1982
Kea, 1982.  © Elkar
Eresbil G11-1014

Por el contrario, los retratos del trikitilari Iñaki Garmendia «Laja» y Ramón Zubizarreta «Landakanda» reproducidos en la portada y contraportada de Trikitixa (IZ, 1981) deben ser considerados toda una rareza en su producción que, salvo en su primera etapa figurativa, estuvo mayoritariamente relacionada con la abstracción lírica y el informalismo.

Fig.12 – José Luis Zumeta
Portada del disco de Mikel Laboa “Haika mutil…”, 1969
Herri Gogoa, 1969.  © Elkar
Eresbil G13-0765

La trayectoria de José Luis Zumeta (1939-2020) como creador de carátulas de discos comenzó a finales de los años sesenta y se prolongó hasta poco antes de su fallecimiento. Su trabajo en este campo estuvo indefectiblemente ligado a la trayectoria del cantautor Mikel Laboa, para cuyos discos creó algo más de una decena de propuestas entre 1969 y 2005. Todas ellas no solo denotan la evolución de Zumeta como artista, sino que se erigen en una especie de catálogo experimental en el que desplegó un extenso repertorio de técnicas, lenguajes y universos visuales que dan fe de su poliédrico talento. Por un lado, algunas de sus primeras incursiones en el medio, como las portadas para el 45 r.p.m. que contenía el popular Haika mutil… (Herri Gogoa, 1969) y el larga duración Bat Hiru (Edigsa/Herri Gogoa, 1974), muestran a un Zumeta pintor en estado puro. Ambas son tratadas como lienzos en los que el artista plasma formas rotundas y abstractas desbordantes de colorido y materia pictórica. Sin embargo, en otros ejemplos como Lau bost (Autapen, 1980) o 6 (Elkar, 1985) se acerca a un mundo figurativo, surrealista y posmoderno, para posteriormente regresar a una esencia más pictórica, gestual y en ocasiones naíf, apreciable en Lekeitioak (Elkar, 1988), 12 (Elkar, 1989), 14 (Elkar, 1994) y Xoriek 17 (Elkarlanean, 2005), entre otros.

Además de los ejemplos ligados a su estrecha y fructífera colaboración con Mikel Laboa, Zumeta participó en el diseño de las carátulas de los discos de otros artistas. Entre los más relevantes citaremos los titulados Kolorez eta ametsez (Elkar, 1986) de Amaia Zubiria y Pascal Gaigne, Mikel Laboaren kantak (Elkar, 1990) de Txerokee, Bitakora cahiera (Esan Ozenki, 1992) de Juan Carlos Pérez, Mandarin dotore (Gaztelupeko Hotsak, 2003) de Joserra Senperena, Bakarrik eta libre (Elkarlanean, 2013) de Imanol Urbieta o Mikel Laboa (Elkar, 2017) de los zarauztarras Delorean.

Todas ellas constituyen un muestrario de los variados registros creativos y expresivos de Zumeta, que abarcaban desde la abstracción al surrealismo onírico, pasando por el neoexpresionismo o la pintura naíf. Estas y otras muchas propuestas, ejemplifican el afán de este consagrado y muy reconocido artista vasco por hibridar el mundo de la creación pura con el de la creación aplicada en forma de carátulas de discos o de carteles, medio este último en el que también desarrolló una interesante y prolífica producción.

Además de su faceta como pintor y escultor, el artista plástico Tomás Hernández Mendizábal (1940-2021) ha llevado a cabo una prolífica labor en campos tan diversos como el diseño de carteles y logos, así como de portadas de libros y discos. Formado en la academia de Manuel García Mercadal y en la Asociación Artística de Gipuzkoa, donde tuvo como profesor al pintor Ascensio Martiarena, su vínculo con el mundo de las artes gráficas fue constante, pues trabajó en la empresa Industrias Gráficas Valverde de Donostia desde comienzos de los años sesenta hasta su jubilación en 2003. Su relación con el mundo discográfico se concentra entre las décadas de 1970 y 1990, periodo en el que dio muestras de su talento como ilustrador y diseñador de carátulas de discos.

Fig.13 – Tomás Hernández Mendizábal
Portada del disco de Schola Cantorum “Donostiko kantu zarrak”, 1975
Donostia: IZ, 1975.  © Elkar
Eresbil G11-0097

Son especialmente relevantes los titulados Donostiko kantu zaharrak (IZ, 1975) de Schola Cantorum [fig.13], primera referencia del sello IZ, Tolosa’ko Iñauterik (Ots, 1976) que reproduce la imagen del cartel diseñado para los carnavales de Tolosa de 1976, XV Nazioarteko Abestaldeentzat Lehiaketa Tolosa (IZ, 1984), los dos discos que recogen las sesiones de mañana y tarde del Bertsolari Txapelketa Nagusia 1986 (Elkar, 1986), así como Olentzero (Kea, 1987) del Mariaren Bihotza Abesbatza. Su dominio del dibujo sintético y de trazo grueso, amén de un uso expresivo del color, son algunos de los recursos que este creador ha puesto al servicio de imágenes sugerentes que tienden a subrayar y embellecer el contenido del producto al que acompañan. Asimismo, merece la pena señalar que, además de estos ejemplos discográficos, su vínculo gráfico con el mundo cultural y musical de su Donostia natal se amplía a los carteles que creó para eventos de la categoría del Festival Internacional de Cine, el Festival Internacional de Jazz o la Quincena Musical, entre otros.

Fig.14 – Daniel Txopitea
Portada del disco Iokin eta Iosu “Nire Herria bezala”, 1977
IZ, 1977.  © Elkar
Eresbil G11-1154

El símbólico y especial universo pictórico de Daniel Txopitea (1950-1997) también tuvo su proyección en los diseños para las carátulas de varios discos creados en los años setenta y ochenta. Aunque desarrolló el grueso de su producción en el ámbito de la pintura, su versatilidad y evolución como creador abarcó otros ámbitos como la literatura, la fotografía, el grabado o la creación aplicada. A este último campo se adscriben algunos diseños que dan fe de sus variados intereses en lo creativo. Así, la carátula para del disco Nire herria bezala (IZ, 1977) de Iokin eta Iosu [fig.14], fue concebida por el artista como una especie de grabado cuyo papel ha sido rasgado para dejar entrever el título, impreso en bucle con tipografía mecanográfica tipo Courier sobre un fondo de tinta plana negra.

En un registro completamente diferente, la carátula del disco epónimo de la efímera Big Band Pamplona (Soinutek, 1981) fue llevada a cabo en un registro eminentemente pictórico. En ella, las figuras de los músicos y sus instrumentos aparecen delimitadas por un finísimo dibujo blanco y modeladas de forma sencilla. Este planteamiento básico también tiene su reflejo en la reducida gama cromática, a base de ocres, marrones, azules y blancos, que aplica tanto al conjunto como a la rotulación manuscrita. Asimismo, el aire de ilustración gráfica que desprende la portada de Primaderari (IZ, 1986), del cantante Erramun Martikorena, es otra muestra de los variados y originales registros de Daniel Txopitea, un artista para el que la experimentación y el cambio constante fueron el motor de una trayectoria que se vio truncada a los 46 años por su prematuro fallecimiento.

La calidad del trabajo realizado para el sello Herri Gogoa por el artista que firma bajo el nombre de Martín Romero es directamente proporcional a la ausencia de información sobre su trayectoria y obra, más allá de las portadas que llevó a cabo para la citada discográfica entre 1968 y 1975. Con todas las reservas, sostenemos que tal vez se trate del pintor José Luis Martín Romero, sobre el que únicamente hemos podido obtener información en torno a su participación en la popular y controvertida Exposición de Arte Vasco, popularmente conocida como “La indiscriminada”, que se celebró en Barakaldo entre diciembre de 1971 y febrero de 1972. Sus carátulas merecen una especial atención dada la cantidad y calidad de las que ilustró durante los últimos años de la dictadura franquista. Algunas de las más llamativas las ideó para los discos Irripar Bat y Ez kanta beltza (Edigsa/Herri Gogoa, 1968 y 1970) de Benito Lertxundi [fig.15], Errege baltaxarren balada (Edigsa/Herri Gogoa, 1968) de Julen Lekuona, Maiteaz galdezka (Edigsa/Herri Gogoa, 1969) de Xabier Lete y (Edigsa/Herri Gogoa, 1970) de Oskarbi.

Figs.15 – [José Luis] Martín Romero
Portada del disco “Ez kanta beltza” de Benito Lertxundi, 1970
Edigsa/Herri Gogoa, 1970.  © Elkar
Eresbil GA110/0025

Figs.16 – [José Luis] Martín Romero
Portada del disco “Euskal musikalarien uhin Berria“, 1970
Edigsa/Herri Gogoa, 1973.  © Elkar
Eresbil GA135-1348

Asimismo, son especialmente relevantes las diseñadas para los titulados Solatxi (Goiztiri, 1970) de Maite Idirin, Euskal Dantzak (Edigsa/Herri Gogoa, 1972) de Tomás Garbizu, Euskal Preludioak (Edigsa/Herri Gogoa, 1973) de Aita Donostia, Euskal doinuak gitarraz (Edigsa/Herri Gogoa, 1973) de Mikel Arbea, Adarraz eresaldia (Edigsa/Herri Gogoa, 1975) de Juan Manuel Gómez Edeta, así como más de una docena de discos de la colección Herrikoi Musika Sorta (Edigsa/Herri Gogoa, 1971-1972), en las que se recopilaban músicas relacionadas con diversos enclaves y actos festivos de Euskal Herria. En casi todas ellas, Martín Romero hizo gala de un potente lenguaje basado en la reducción de las figuras a formas geométricas y volúmenes básicos, que plasmó con trazos cortantes y campos de colores planos que, en conjunto, dotan a sus diseños de una impronta gráfica tan potente y llamativa como moderna. Asimismo, merece una especial atención por su singularidad la carátula del disco Euskal musikalarien uhin berria (Edigsa/Herri Gogoa, 1973) que recopila composiciones de Antón Larrauri, Agustín González Acilu, Tomás Marco y Carmelo Bernaola, cuya imagen [fig.16] guarda un parecido razonable con Provocative Percussion, vol. III (Command Records, 1961), creada una década antes por el artista alemán y profesor de la Bauhaus Josef Albers.

Fig.17 – Vicente Ameztoy
Portada del disco de Antton Valverde “Lauaxeta”, 1978
Ots, 1978.  © Elkar
Eresbil G11-1022

Además de su larga y no excesivamente prolífica carrera como pintor, el donostiarra Vicente Ameztoy (1946-2001) tuvo un vínculo muy especial con la creación aplicada. Su trabajo como ilustrador en las publicaciones Euskadi Sioux y Zeruko Argia a finales de los años setenta, o la colaboración en la dirección artística de la película Vacas de Julio Medem en 1992, son ejemplos a los que podríamos añadir la creación de carteles para eventos culturales de su ciudad natal como el Festival Internacional de Cine (1991) o la Quincena Musical (2000). De su trabajo como ilustrador de carátulas destaca la ideada para el disco Lauaxeta (Ots, 1978) de Antton Valverde [fig.17], un espectacular diseño desarrollado en una triple carpeta en la que partiendo de un conocido retrato fotográfico del poeta Estepan Urkiaga Basaraz “Lauaxeta” (1905-1937) desarrolla un conjunto de imágenes que dan fe de su original y singular lenguaje surrealista.

También sobresalen trabajos como el creado para el disco Euskara eta txakolina (Elkar, 1979) del grupo Oskarbi, en el que acude a su peculiar interpretación del agro vasco tan presente en su pintura, así como el posmoderno Euskal Musika 80 (Soinutek, 1981) o la curiosa y esquemática ilustración de la portada de Sakanatik Arbaila Ttipira (Elkar, 1999), muy alejada de su imaginario habitual.

La copiosa producción de Carlos Zabala Madina “Arrastalu” (1952) merece una atención especial. Formado con los pintores Gaspar Montes Iturrioz y de José Gracenea, fue coautor junto con Vicente Ameztoy y José Luis Zumeta del famoso mural Lemoiz gelditu (1980), hoy en la colección del Museo de Bellas Artes de Bilbao y reproducido en la contraportada del disco Nuklearrik ez eskerrik asko: Lemoiz gelditu (Tic-Tac, 1980). Su trayectoria creativa y profesional ha transcurrido a caballo entre la pintura y sus trabajos como ilustrador de portadas de discos y libros para el sello IZ y la editora Elkar. Asimismo, desde comienzos de los años ochenta fue el artífice de algunos notables carteles que sirvieron para publicitar eventos festivos y musicales donostiarras como XVII edición del Jazzaldia (1982).

Fig.18 – Carlos Zabala Madina “Arrastalu”
Portada del disco de Txomin Artola “Olaxta”, 1975
Edigsa/Herri Gogoa, 1975.  © Elkar
Eresbil G11-4085

El lenguaje gráfico de sus carátulas de discos oscila entre la moderna impronta pictórica de Olaxta (Edigsa/Herri Gogoa, 1975) de Txomin Artola [fig.18], XV. Trikitixa txapelketa (1988) y Txistu Hotsak (IZ, 1993) de Jose Ignazio Ansorena, pasando por la frescura y el carácter caricaturesco latente en propuestas como las que llevó a cabo para el disco epónimo de Golden Apple Quartet (IZ, 1991) y Erromerian (IZ, 1990) del grupo Egan o la no siempre justamente valorada ilustración dirigida al público infantil, patente en las portadas que diseñó para algunos discos de Txirri, Mirri eta Txiribiton editados entre 1990 y 1993.

Fig.19 – Sara Soto Gabiola
Portada del disco “Lurdes Iriondo”, 1974
Arte y Ciencia, 1974.  © Elkar
Eresbil G11-3981

El interés que la polifacética compositora Sara Soto Gabiola (1941-1999) tuvo por otros medios de expresión artística como la literatura o la pintura se aprecia en el diseño puntual de portadas para discos como el realizado para el epónimo de Lurdes Iriondo (Arte y Ciencia, 1974) [fig.19]. La madera de roble sirve como fondo de esta composición en la que Soto Gabiola recerca el dibujo de las vetas mediante un fino trazo blanco, al tiempo que graba a fuego el nombre de la cantautora Lourdes Iriondo con tipografía vasca. La imagen resultante, desprende una mezcla de valores relacionados con lo natural y lo tradicional que parece entroncar con el imaginario de algunos escultores vascos contemporáneos como Néstor Basterretxea, artista con el que Soto Gabiola colaboró en varias ocasiones en calidad de compositora y que, en este momento, se hallaba inmerso en la creación de su Serie Cosmogónica Vasca.

Los Valverde merecen una especial mención por el arraigo de varias generaciones con la pintura, las artes gráficas y la música. Por un lado, Antonio Valverde “Ayalde” (1915- 1970) alternó su trabajo como pintor con la dirección de la empresa familiar Industrias Gráficas Valverde, donde se ocupó de las labores de ilustración y edición, además de velar por la calidad de sus productos. Académico de Euskaltzaindia desde 1961 y presidente de la Asociación Artística Guipuzcoana desde 1962, fue además el encargado de pronunciar la conferencia inaugural de presentación del grupo artístico GAUR en 1966. Además, Ayalde fue colaborador de las revistas El Bidasoa de Irún y Oarso de Errentería, amén de ilustrar gran cantidad de programas, portadas e interiores de libros, así como un reducido número de carteles en las décadas de 1950 y 1960.

Fig.20 – Rosa Valverde
Portada del disco “Antton Valverde”, 1975
Edigsa/Herri Gogoa, 1975.  © Elkar
Eresbil G11-1023

Sin lugar a dudas, su carácter de hombre comprometido con el arte y la cultura vasca fue decisivo para que sus hijos se dedicaran al mundo de la creación en diferentes ámbitos. De hecho, tanto Rosa Valverde (1953-2015) como Javier Valverde (1956), obtuvieron su formación artística en la Academia Libre de los Jueves, dirigida por Esther Ferrer y José Antonio Sistiaga, para desarrollar con posterioridad una fecunda trayectoria como pintores, carrera que Rosa combinó con una importante labor docente en Donostia y Baiona. Tanto el padre como sus dos hijos hicieron incursiones puntuales como creadores de las carátulas de varios de los discos grabados por el cantautor Antton Valverde, también hijo de Antonio y hermano de Rosa y Javier. Tal es el caso de la portada del 45 r.p.m. Antton Valverde, Utsa… (Herri Gogoa, 1969) ilustrada por el padre, así como la del larga duración titulado Antton Valverde (Edigsa/Herri Gogoa, 1975) [fig.20], imagen que posee toda la energía, espontaneidad y la naturaleza naíf que caracterizó a la obra pictórica de Rosa. Asimismo, son destacables las diseñadas por Javier para los discos de su hermano Antton Urte-giroak ene begian (Elkar, 1986) y el más reciente Gaua, ausentizaren itzala (Elkar, 2020).

Pese a sus escasas aportaciones como ilustrador de carátulas de discos, la trascendencia de Juan Luis Goenaga (1950) en el ámbito del arte vasco desde los años setenta lo convierten en un artista de obligada mención. Su gran fertilidad creativa le ha llevado a experimentar con múltiples lenguajes, técnicas y materiales, al tiempo que ha dotado a su producción de una enorme fuerza expresiva. La concepción pictórica de la carátula del disco Ni ez naiz Noruegako errege (Elkar, 1983) de Ruper Ordorika [fig.21] participa de las características que marcaron gran parte de su obra de los años ochenta; un periodo en el que el carácter expresionista, lo gestual, el colorido vibrante y las texturas densas y matéricas, le sirvieron para componer sugerentes y modernas imágenes que invitan a la observación pausada para su correcta interpretación y disfrute.

Fig.21 – Juan Luis Goenaga
Portada del disco de Ruper Ordorika “Ni ez naiz Noruegako errege”, 1983
Elkar, 1983.  © Elkar
Eresbil G11-1056

Esta obra es una de sus escasas incursiones en el campo del diseño de carátulas de discos, si bien su vínculo con el mundo de la música se aprecia en otras aportaciones como el cartel anunciador que sirvió para publicitar la 79 edición de la Quincena Musical de Donostia (2018).

También merece una mención la labor puntual como ilustrador de portadas de discos del pintor de Arrasate Juan Luis Goikolea (1954) quien, en una parte importante de su producción, parte de un proceso libre y espontáneo de creación en el que otorga especial importancia al trazo, al gesto y al color. Aunque su obra pictórica posee claras reminiscencias expresionistas, en sus diseños discográficos este expresionismo oscila entre la abstracción y la figuración, tal y como se aprecia sus trabajos para Lore bat, zauri bat (Ots, 1978) de Xabier Lete, pasando por Gris plata (Elkarlanean, 2004) de Bad F-Line, hasta su participación en el proyecto pluridisciplinar del grupo Gose titulado Gosariak (2014), cuya carátula fue realizada en colaboración con el también artista y diseñador Iñigo Arregui. Estos tres ejemplos transitan entre la abstracción de impronta escultórica presente en la portada del primero, pasando por el dibujo expresionista y figurativo de la del disco de Bad F-Line, hasta llegar al expresionismo de potente raíz abstracta presente en las imágenes de Gosariak.

La relación de Erramun Landa (1958) con el mundo de la creación aplicada ha sido una constante en su carrera profesional. Además de su producción en el campo de la pintura y del grabado, este artista y profesor en la Facultad de Bellas Artes de la UPV-EHU ha diseñado un importante número de carteles para eventos culturales y colaborado como ilustrador en libros de relevantes escritores como Bernardo Atxaga, Itxaro Borda, Koldo Izagirre, Edorta Jiménez, Mariasun Landa, Txema Larrea, Xabier Monasterio y Joseba Sarrionandia, entre otros. De sus propuestas creativas en el ámbito discográfico citaremos las carátulas creadas para los discos Eta gero hau! (Elkar, 1987) del grupo Oskorri [fig.22], Ja, ja (Kea, 1989) de Jabier Muguruza y Bilbo euskaldun dezagun (Hilargi Records, 1991) de Gontzal Mendibil.

Fig.22 – Erramun Landa
Portada del disco de Oskorri “Eta gero hau!”, 1987
Elkar, 1987.  © Elkar
Eresbil G11-1188

El dibujo de trazo suave y la impronta amable de los dos primeros entronca con el universo de una parte importante de su trabajo como ilustrador y cartelista de finales de los ochenta y comienzos de los noventa. Ambos son ejemplos en los que los personajes amenazan con desbordar el marco de la portada, mientras que la imagen del disco de Mendibil se plantea como una amalgama de elementos relacionados con el mundo escolar, hecho que se halla en sintonía con el contenido musical que, a modo de himno de la coordinadora Bilbo Euskaduntzen, nos anima a aprender y vivir en euskera.

Fig.23 – Álvaro Machimbarrena
Portada del disco de M-ak “MMMM”, 1983
IZ, 1983.  © Elkar
Eresbil G11-1329

Aunque las aportaciones del artista Álvaro Machimbarrena (1958) al campo de la creación de carátulas de discos ha sido escasa, hay al menos dos ejemplos que merecen ser citados, pues ponen de manifiesto algunas claves de la evolución del lenguaje y del proceso de depuración formal apreciable en la producción de este creador. Por un lado, en 1983 diseñó la carátula del disco MMMM (IZ, 1983) de M-ak [fig.23], proyecto abordado en clave posmoderna que poco o nada tiene que ver con el espíritu minimalista presente en el trabajo creado en colaboración con Judas Arrieta (1971) para Vermeer (Jazzle, 2003) de Lluís Vidal. En este último, nos propone un tránsito por la geometría pura plasmada en forma de campos de color y sin ningún tipo de aditamento, carácter básico que también aplica a la tipografía de palo seco.

Además de todos los mencionados, merece la pena citar la interesante aunque escasa producción de otros muchos artistas que han abordado la creación de portadas de discos desde una óptica totalmente abstracta. Tal es el caso del escultor y pintor Ricardo Ugarte (1942), cuyo racionalismo y gusto por la geometría, apreciable en gran parte de su producción escultórica, lo hace extensible al diseño de las carátulas de los discos Tolosa 1993: 25 Nazioarteko Abesbatz Lehiaketa (Kea, 1993) y Donostia (NB, 2009) del Ochote Ozenki. En una línea muy diferente, el pintor Javier Sagarzazu (1946) plasma en la portada del disco Sor lekua (IZ, 1985) del coro Eskifaia una imagen realizada en forma de aguada que, pese a tratarse de pintura de paisaje, alcanza un elevado grado de abstracción poco habitual en la obra de este creador.

La producción artística de Fernando Illana (1950) ha abarcado múltiples soportes y medios. Al igual que ocurriera con su obra pictórica de los años setenta y ochenta, la portada ideada para Suizidio legal (Elkar, 1985) de Nahiko posee una impronta no figurativa en la que otorga especial relevancia a lo gestual y a la combinación de diferentes técnicas y materiales. En una línea similar Ricardo Azkargorta (1958) llevó a cabo la carátula de Zilbor Hestea (Elkar, 1992) de Iñaki Salvador, un diseño abstracto bastante original y muy alejado de su habitual registro figurativo centrado en la pintura de paisaje. Asimismo, son muy destacables las aportaciones del inquieto y versátil Xabin Egaña (1958-2006), quien, además de su trabajo en el ámbito de la investigación artística, realizó incursiones en el diseño relacionadas con el mundo de las artes escénicas y de la música.

Fig.24 – Xabin Egaña
Portada del disco de Gari “Eguzki berritan zaude”, 1997
Elkar, 1997.  © Elkar
Eresbil G21-00717

A este último campo pertenecen las carátulas de Eguzki Berritan zaude (Elkar, 1997) de Gari [fig.24], proyecto en el que fusiona una imagen abstracta de gran fuerza con rotulación manuscrita, la del reivindicativo Bertso berriak pobreziari jarriak (Gor, 1995) de 7 Eskale, basada en la técnica del fotomontaje, así como las bellas ilustraciones del disco libro Oihana auhenka (Jazzle, 2001) de Joxean Artze.

Fig.25 – Alfredo Álvarez Plágaro
Portada del disco de Hertzainak “Salda badago”, 1988
Elkar, 1988.  © Elkar
Eresbil G11-1267

Por otro lado, fueron muchos los creadores que, a partir de los años ochenta, abordaron este trabajo desde un planteamiento totalmente figurativo y vieron en la carátula del disco un soporte en el que plasmar sus particulares y variados imaginarios artísticos. Tal fue el caso del escritor y artista pamplonés Javier Mina (1950), que planteó la carátula de Parto (Kea, 1986) de Josean Souto con un lenguaje que oscila entre la tira de prensa y el cómic underground. También el particular universo visual presente en la obra pictórica de los años ochenta de Alfredo Álvarez Plágaro (1960) quedó reflejado en la portada del disco Salda badago (Elkar, 1988) de Hertzainak [fig.25]. Muy alejado de su actual producción de Cuadros iguales, este trabajo participa del espíritu plástico de otras obras contemporáneas del autor como Suicidio creativo (1987) o Las cuatro momias (1988).

Al igual que ocurre con la portada del disco de Hertzainak, estas piezas están concebidas como una amalgama de escenas de raíz expresionista en las que lo real parece fundirse con lo onírico. Además de la evidente sensación de abigarramiento visual, la portada de Álvarez Plágaro proporciona al espectador un catálogo de curiosas viñetas en las que recrearse, función que en lo musical cumplen las canciones de su interior.

El colorista y vibrante trabajo de Santos Iñurrieta (1950) se halla impregnado de un carácter irónico, incisivo y crítico. Su querencia por el dibujo de trazo grueso y por el contraste cromático se aprecia en una variada producción en la que las influencias expresionistas y surrealistas, así como las referencias a grandes obras o periodos de la historia del arte son habituales. El signo, el símbolo y el color son los protagonistas de la carátula creada para el disco Sigo (Hilargi Records, 1990) de Korroskada [fig.26], un trabajo en el que Iñurrieta parece transitar entre múltiples y dispares referencias.

Fig.26 – Santos Iñurrieta
Portada del disco de Korroskada “Sigo”, 1990
© Hilargi Records, 1990
Eresbil G11-1939

De hecho, la esencia de la imagen posee reminiscencias formales de la pintura del antiguo Egipto, mientras que la impronta plástica nos remite a los gouaches decoupées de Henri Matisse, referencias que denotan que bajo la aparente vitalidad y la imagen naíf cercana al mundo del cómic que proyecta parte de su trabajo se esconde un mundo mucho más complejo, caústico, y no exento de compromiso social.

Fig.27 – Iñaki Cerrajería
Portada del disco de Joselu Anayak “Araiatik Jaliskora”, 1989
Kea, 1989. © Elkar
Eresbil G11-1362

El pintor e ilustrador gasteiztarra Iñaki Cerrajería (1957) ha desarrollado su prolífica carrera profesional en varios campos. Formado en el ámbito de las bellas artes en las universidades de Sevilla y del País Vasco, ha compaginado su carrera artística con otras facetas como la de ilustrador de libros y colaborador de diversos periódicos y revistas. Uno de sus trabajos más populares en este último ámbito fue la tira cómica diaria Marizoro, publicada en el periódico Deia entre 1980 y 1987. Este y otros muchos trabajos en el campo de la ilustración ponen de manifiesto que, lejos de generar sinergias, Cerrajería se afanó por adoptar perspectivas y lenguajes claramente diferenciados en cada una de sus dimensiones como creador.

De hecho, el vínculo con la abstracción presente en su obra pictórica desde finales de los años ochenta, poco o nada tiene que ver con sus trabajos como ilustrador, en los que frecuentemente recurre al tratamiento satírico y crítico tan habitual en la historieta cómica. La justa medida de humor, cercanía y creatividad, presente en la carátula del disco Araiatik Jaliskora (Kea, 1989) de Joselu Anayak, es un claro ejemplo de ello.

Además del ya citado Erramun Landa, otros artistas y profesores de la Facultad de Bellas Artes de la UPV-EHU diseñaron carátulas de discos de manera puntual. Tal fue el caso de Alfonso Gortázar (1955) que, a comienzos de los años ochenta, creó la del disco epónimo del grupo de jazz Alen (IZ, 1981). En esta llamativa y optimista propuesta, Gortázar fusiona con extrema habilidad y originalidad la imagen fotográfica, el dibujo y la pintura, dando pie a un curioso juego visual en el que se diluyen los límites entre cada una de las artes. También resultan curiosas las incursiones en este medio llevadas a cabo por Iñaki Bilbao (1956) y Josu Rekalde (1959). El primero fue el autor de la portada de Bertsolari Txapelketa Nagusia 93 (Elkar, 1994), concebida en forma de pintura de paisaje cuyo carácter idílico aparece roto por el micrófono llameante, elemento que alude a la discusión dialéctica inherente al bertsolarismo, mientras que el segundo diseñó una singular carátula no exenta de ciertos toques surrealistas y deliberado gusto kitsch para el disco Sakarra (DDT, 1996) del grupo Irula. Asimismo, el también profesor y artista de larga trayectoria José Antonio Azpilicueta (1961) fue el autor de una divertida portada para el disco epónimo Los Incansables (Elkar, 1985) en la que pone de manifiesto su extremada habilidad como caricaturista.

Como colofón a este apartado citaremos otros notables ejemplos, como la portada del recopilatorio Oihuka 90 (Ohiuka, 1990) creada por el polifacético Rafael García Tejero (1958) en clave futurista; un diseño bastante alejado de la estética combativa y urbana de Jokin Larrea e Iñigo Goikoetxandia, autores de los recopilatorios de este sello pamplonés de 1989 y 1991 respectivamente. También resulta muy interesante la única contribución hallada en este campo de la irundarra Arantza Abaigar (1960), artista formada entre Barcelona y Berlín, y autora de la carátula de Ia xoragarria (Elkar, 1992) de Les Mecaniciens [fig.28]. La imagen que sirvió para ilustrar la portada del segundo disco de este grupo de corta trayectoria fundado por Jabier Muguruza posee un planteamiento que entronca con el imaginario estético de la Bauhaus.

Fig.28 – Arantza Abaigar
Portada del disco de Les Mecaniciens “Ia xoragarria”, 1992
© Elkar, 1992
Eresbil G11-1433

La construcción racional y geométrica, amén del uso del fotomontaje y de tipografías de palo seco, son algunas de las características del diseño gráfico promovido por esta influyente escuela, que Abaigar parece haber tomado como paradigma.

Fig.29 – Dora Salazar
Portada del disco de Belladona “Las mujeres y los negros primero”, 1986
Soñua, 1986. © Elkar
Eresbil G11-1794

Aunque las aportaciones de la artista plástica Dora Salazar (1963) en el terreno del diseño de carátulas han sido puntuales, merece la pena citar sus trabajos para Gure Salaketa (Oihuka, 1990) de Matraka y Las mujeres y los negros primero (Soñua, 1986), único disco del cuarteto femenino pamplonés Belladona [fig.29]. En este último, mediante el dibujo, la fotografía y unos toques de aguada como recursos principales, Dora Salazar fue capaz de crear una imagen de gran impacto visual y, como es habitual en su producción, no exenta de carácter crítico. La mujer copa todo el protagonismo; una mujer porteadora y negra, cuya presencia completa y fragmentada, tanto en la portada como en la contraportada, encaja a la perfección con el título del disco.

En definitiva, una propuesta con la que la artista pretende conectar, sugerir y hacernos reflexionar, sin necesidad de plantear su trabajo como una pieza de interpretación unívoca. Asimismo, la trascendencia en el ámbito de la creación artística contemporánea de la bilbaína Estíbaliz Sádaba (1963) la convierten en una creadora de cita obligada, pues además de una producción artística que aúna la teoría y el activismo feminista, Sádaba ha volcado su talento en el diseño de diversos medios y soportes como los fanzines y las carátulas de discos. Tal es el caso de la portada del disco Parole (DDT, 1997) de Termostato o sus más recientes trabajos con La Paramera.

El versátil y polifacético Mauro Entrialgo (1965) fue el autor de las carátulas de los dos primeros discos del grupo de Iruña Balerdi Balerdi. Por un lado, el epónimo publicado por el sello Gor en 1991, en el que plasmó su particular imaginario basado en dibujos esquemáticos y llamativos que entroncan con su vertiente de historietista. Por otro, la portada de Ez gara galdu (Gor, 1994) fue planteada por el artista desde una estética pop, en la que juega con el choque entre la fotografía en blanco y negro de los integrantes y los llamativos colores del fondo, generando una sensación de vitalidad y desenfado que tiene su correspondencia en los dibujos presentes en el interior de la carátula.

Los escasos pero impactantes diseños de la siempre experimental Itziar Barrio (1976) también merecen una mención. El fascinante lenguaje visual de sus propuestas artísticas también se ve reflejado en las carátulas de algunos discos en los que juega con parámetros que se apartan de toda lógica interna, si bien guardan una coherencia con el contenido del producto musical al que acompañan. Los diseños creados para los discos de hardcore Elfo negro (DDT, 2001) [fig.30] y Euskal Primate School (DDT, 2014), de los grupos Elfo Negro y La Hora del Primate respectivamente, dan fe de los variados registros de esta artista ajena a cualquier intento de clasificación.

Fig.30 – Itziar Barrio
Portada del disco epónimo “Elfo Negro”, 2001
© DDT, 2001
Eresbil G21-LG-2001-BI-032

Con una sintaxis diametralmente opuesta, los trabajos de la creadora Eskarne Ajubita Ganbaratik (Gaztelupeko Hotsak, 2002) de Uek y Denbora vs kantuak (Gaztelupeko Hotsak, 2010) de Keu Agirretxea parecen trascender el ámbito pictórico para convertirse en la imagen de dos discos íntimos y elegantes. Para ello, la pintora recurre a un lenguaje de fuerte tendencia abstracta en el que el gesto enérgico y dinámico y el color se convierten en sus principales herramientas comunicativas.

Fig.31 – Juanjo Eguizábal
Portada del disco de Cicatriz “Inadaptados”, 1986
Soñua, 1986. © Elkar
Eresbil G11-1855

Por último, mencionaremos algunos nombres que, en su doble condición de creadores formados en el ámbito de las bellas artes e integrantes o colaboradores de grupos musicales, crearon algunas portadas muy interesantes para los discos de varias formaciones. Tal es el caso de Juanjo Eguizábal (1961-2022), conocido en su faceta de escultor, pero también autor de las letras de varias canciones del grupo Cicatriz y creador de la carátula su disco Inadaptados (Soñua, 1986) [fig.31], que responde a la perfección al contenido musical que ilustra, rasgo que tiene su continuidad en las fotos de Pablo Cabeza y Jon Iraundegi presentes en su interior.

También Txus Alday (1966), integrante de The Flyin Rebollos, llevó a cabo la portada de Verano de perros (Gor, 1993), al igual que Claus Groten (1967), quien además de diseñar las carátulas de Ni un paso atrás (Hilargi Records, 1991) de Reincidentes y Para kitar el stress (Hilargi Records, 1995) de Distorsión, creó las de los discos titulados A un paso de la locura (Hilargi Records, 1990), El ejercicio del crimen (Hilargi Records, 1993) y La circulación en el laberinto (Hilargi Records, 1995), todos ellos pertenecientes a la discografía de Vómito, formación de la que fue vocalista y bajista.