Landarbaso Abesbatza y la compañía Dantzaz presentan Ubun-Tu en la segunda jornada de Musikaste el espectáculo de danza Ubun-Tu. La actuación se podrá ver este sábado, a las 19.00 horas en Lekuona Fabrika. En este trabajo “ponemos en el centro las relaciones con los demás: los diálogos entre cuerpos, los cruces de identidades, y la necesidad de convivencia”, explica Fernando Saenz de Ugarte, director de Dantzaz.
– ¿Hay interés en el País Vasco por los espectáculos de danza?
– Sí, y, desde siempre, además. En Euskal Herria amamos la danza, sobre todo, en la calle y en la plaza donde más fuerte se siente: donde la danza no es solo arte, sino relación, comunidad y ritual. Euskal Herria = pueblo que baila. Y creo que estamos ampliando esa perspectiva: la danza se ve cada vez con más frecuencia, también en salas y teatros. Además, el público en general se está acercando con una mirada más amplia a la danza contemporánea. Afortunadamente estamos haciendo un trabajo entre todos y hay que seguir por ese camino.
– ¿Se animan los jóvenes a practicar la danza?
– Sí, pero aún queda trabajo por hacer. En Dantzaz vemos que los jóvenes tienen muchas ganas de expresarse en la danza. En nuestro caso, además, trabajamos con jóvenes bailarines que están dando el primer paso para profesionalizarse, que es nuestro mayor tesoro. Les fascina la libertad de expresión que les ofrece la danza y su forma de entender el mundo a través del movimiento. Pero es necesario crear espacios, referentes y oportunidades de futuro profesional para ello, y en ello estamos volcados. Si miramos a la comunidad, en las redes sociales cada vez se ve más baile. ¿Qué tipo de baile? Esa es otra cuestión, para otra entrevista…
– ¿Cómo surgió el proyecto Ubun-Tu?
-Nace del encuentro y del diálogo, del deseo de tender puentes entre las culturas de nuestro entorno. Este proyecto tiene su raíz en un concepto africano del mismo nombre: «porque si soy yo somos nosotros». A partir de ahí, hemos trabajado la idea de convivir, compartir y comunidad a través de la danza. Creadores polacos, uruguayos, del País Vasco…, combinando la diversidad cultural con la danza y los instrumentos del arte contemporáneo.
– ¿Qué destacaría de este trabajo?
– A través de Ubun-Tu ponemos en el centro las relaciones con los demás: los diálogos entre cuerpos, los cruces de identidades, y la necesidad de convivencia. Dos creadores polacos vinieron a Euskal Herria y quedaron fascinados por nuestra identidad, y por la cultura, así nació la primera parte de Ubun-Tu: Aire Sakona. El segundo es uruguayo de nacimiento, pero creado por un coreógrafo de familia de Euskal Herria. Esta segunda parte se llama Eres. La obra tiene mucha fuerza en escena, no solo por el movimiento, sino también por la unidad que se crea entre los intérpretes. Destacaría, sobre todo, que la danza contemporánea también puede estar al servicio de la comunidad, en este caso en colaboración con el coro Landarbaso, y que tiene la capacidad de alargar preguntas abiertas al espectador.
– ¿Qué le parece el trabajo de Musikaste en torno a la danza?
– Es muy enriquecedor el lugar que Musikaste dedica a la danza. La danza siempre ha estado íntimamente ligada a la música, pero todavía muchas veces se prima la música y queda la danza en un segundo plano. Musikaste, por su parte, permite vivir la danza y la música en una relación paritaria, lo que para nosotros tiene un gran valor simbólico y práctico. Además, esta aportación a la cultura local, en un festival como Musikaste, supone un espaldarazo a la presencia de la danza contemporánea.