La compositora Junkal Gerrero es la autora de ‘Arimen Besarkadan’, un trabajo en el que tiene muy presente el dolor de la pandemia
– ¿Qué le llevó a crear la obra ‘En el abrazo de las almas’?
– Ha sido un encargo de la Coral Andra Mari. Su director, Andoni Sierra, me propuso escribir un Réquiem para órgano y coro. He tenido que trabajar a fondo. Para mí lo más difícil ha sido dar unidad a toda la obra. He sentido mucha presión al plantear un nuevo trabajo creativo con textos que me son tan conocidos y que he cantado tantas veces. Me parecía que trataba con material sagrado. Mi mayor preocupación ha sido ofrecer algo que encaje bien en la larga y fructífera trayectoria de un coro como Andra Mari. Espero que las expectativas queden cubiertas. La pandemia era una cuestión que iba a estar muy presente en la elaboración de este trabajo. Para su desarrollo he tenido muy cerca el dolor por la pérdida de personas cercanas a mí. He intercalado dos poemas creados por mí: la canción ‘Absentziari lo kata’ y ‘Arimen besarkadan’. Este último es el que ha dado nombre a todo el Réquiem. Para mí ha sido un trabajo interior curativo. Me gustaría canalizar los abrazos que hemos tenido prohibidos a través de esta obra y multiplicarlos. He pensado especialmente en aquellos que han muerto sin el abrazo de sus familiares y en las enfermeras y médicos que han estado con ellos hasta el último momento para crear esta obra.
– ¿Qué significa para usted representar esta obra dentro de Musikaste?
– Estrenar una obra en Musikaste es un verdadero honor para un compositor vasco. Es de apreciar el trabajo que desarrolla Eresbil. Estoy seguro de que todos tendremos las condiciones más adecuadas y seguras posibles durante el estreno. En manos del director Andoni Sierra, de la organista Alize Mendizabal y de la coral Andra Mari dejo con toda confianza mi contribución.
– ¿Cómo ve el futuro de los compositores vascos?
– Las posibilidades de componer en el País Vasco se van abriendo poco a poco, pero todavía son raras las de los artistas que tienen la oportunidad de vivir de la composición. Podríamos decir, además, que este es un problema general en el mundo. La mayoría estamos avanzando gracias a los encargos de diferentes directores y equipos. Por otro lado, la parte artística no tiene límites y la necesidad de música por parte de la sociedad ha quedado clara en los momentos más difíciles de la pandemia. Así que por ese lado veo el futuro muy natural y abierto. Cabe destacar el trabajo que realizan los editores vascos para mejorar este camino. Yo edito mis obras con CM Ediciones Musicales, por ejemplo. Poder hacer ediciones digitales on-line es hoy imprescindible. Estoy trabajando con músicos que tienen la oportunidad de mirar al futuro con libertad y de ellos también estoy aprendiendo.