A diferencia de las ediciones celebradas hasta este momento, la presente arrancó un día antes, en domingo, ya que la fraternidad Capuchina quiso sumarse a la celebración del primer centenario del nacimiento de Aita Donostia ofreciendo una misa en su memoria en la que también participó la coral Andra Mari.
En la conferencia inaugural, Pablo Bilbao Aristegi versó tanto sobre Donostia como sobre el otro gran compositor también homenajeado por haber nacido el mismo año: Jesús Guridi. Dentro del mismo acto, se dio a conocer la noticia de que el archivo Eresbil ampliaba su rango de acción, pasando de la categoría de Provincial a la de Archivo de Compositores Vascos de Euskadi.
En la jornada dedicada a la música para órgano, la intérprete local M.ª Josefa Valverde ofreció un recital compuesto por obras de ambos compositores, mientras que el día dedicado a la música de cámara se pudieron escuchar obras de estos y otros autores cuya efeméride se celebraba, tal es el caso del pamplonés Juan M.ª Guelbenzu y del también donostiarra Pedro Sanjuán.
La música de vanguardia dio cabida a dos ámbitos geográficos. Por un lado, con obras del Iruñeako Taldea (Berrade, Larrañaga, Catalán, Egea y Pastor) y, por otro, con obras de compositores del ámbito bilbaíno (Torre Lledó y Castro), mientras que las corales Alberto Agirre de Andoain, Nuestra Señora de las Nieves de Falces, Iradier de Vitoria-Gasteiz y la Sociedad Coral de Bilbao se sumaron a las locales Oiñarri y Andra Mari en la jornada coral.
Hubo también una jornada dedicada al lied y en la clausura destacó la recuperación de la gran obra La vie profonde de Saint François d’Assise de Donostia.