Transformaste mi obra,

en obra tuya de precisas arquitecturas musicales.

Inventaste los sonidos de los rojos y los

ocres que yo pinté,

el sonido de los brillos de los amarillos…

[…]

[…]

la música te iba creciendo imaginada para aquella

larga letanía de formas y colores:

una Historia que comienza con la física creación

del Universo… y termina en el Presbiterio, con

la metafísica Resurrección de Cristo.

 

Elegía a Sara Soto Gabiola

Nestor Basterretxea