El director Andoni Sierra está al frente de la Coral Andra Mari desde hace cuatro años. Durante este periodo, al que llegó en un momento bastante crítico, se ha adaptado muy bien gracias al buen hacer de todos los miembros de la Coral.
- En esta edición de Musikaste, la Coral Andra Mari tiene una doble cita: en primer lugar con el organista José Luis Echechipia y, después, en la jornada de clausura con la Orquesta Sinfónica de Bilbao, dos citas muy distintas. ¿Qué va a poder escuchar el espectador en cada una de ellas?
En efecto, se trata de dos citas muy distintas: la primera de ellas es una cuidada selección de piezas sacras de diferentes autores vascos de quiénes se celebran este año 2019 diversos aniversarios y para cuya interpretación a lo largo de la misa tendremos el honor de contar con un organista como Jose Luis Echechipia. La segunda, es una breve intervención sinfónico-coral dentro de lo que es la Suite de la Banda Sonora de la película “El Orfanato” de Juan Antonio Bayona.
- – Lleva usted 4 años al frente de la Coral Andra Mari, ¿qué balance hace de este periodo? ¿Qué tal ha sido su adaptación a la Coral?
Llegué a la Coral Andra Mari en un momento muy crítico. Cuando uno llega en un momento así nunca sabe cómo va a ser el proceso de adaptación. Es en esos momentos cuando se agradece muy especialmente encontrarse con un equipo directivo que esté dispuesto a ayudar en todo lo posible y encontrarse con un grupo humano que esté dispuesto a dar lo mejor de sí. Y es eso exactamente lo que yo me encontré en Andra Mari, un equipo directivo y una masa coral de una enorme calidad humana que se ha desvivido por mantener viva la institución y para quienes no tengo sino palabras de agradecimiento. Hay mucho por hacer pero puedo decir con satisfacción que en estos últimos 4 años, la Coral Andra Mari ha defendido con gran dignidad todos los compromisos para los que ha sido convocada.
- – Por último, me gustaría que tuviera algunas palabras para el recientemente fallecido José Luis Ansorena, fundador en 1966 de la Coral Andra Mari.
A decir verdad, cuando yo llegué a Andra Mari, José Luis Ansorena estaba ya muy mayor y, desgraciadamente, no tuve oportunidad de conocerle en profundidad. Pero cuando uno dice nombres como Coral Andra Mari, Musikaste o Eresbil está hablando intrínsecamente de la figura de José Luis Ansorena. Y son nombres propios que hablan por sí solos y que dan una buena muestra de la enorme importancia y medida de su creador. Para mí es, sin duda alguna, un referente y una figura clave en la recuperación y en el devenir de la música vasca.