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¡Quien pudiera oír grabaciones de hace 700 años!. ¿Qué oirían, qué cantarían, qué instrumentos tocarían los habitantes que estrenaban la Villa?

Pero pensemos que no eran los casi 40.000 que somos ahora. En 1320 y a lo largo de su primer siglo  no parece que fueran más de cincuenta los vecinos. Aunque les gustaba exteriorizar sus sentimientos. En 1535  el Ayuntamiento acordó que “ningunos mozos e mozas no anden cridando”.

Tenemos que esperar al siglo XVI, en 1523, para tener la primera noticia musical, cuando traen los órganos desde Deba, adonde habrían llegado seguramente por barco. Desde esa época tenemos organistas en Errenteria, pero también txistularis (el primero aparece en 1547), tocando por las fiestas de San Juan. Desde entonces, el órgano y el txistu han sido instrumentos que han permanecido en la memoria de sucesivas generaciones.

Dentro de la iglesia el órgano se hacía acompañar de las voces primero, y de algunos instrumentos, como violines y trompas que venían de Donostia para ocasiones especiales más adelante. Los coros harán su aparición en el siglo XIX.

Fuera de la iglesia, y a los compases del Txistu se ejercitaban los vecinos en la danzas, normalmente romerías, como las que se celebraban junto a la basílica de la Magdalena. Ya desde el siglo XVII encontramos “danza o cascabelada con una docena de hombres”, tradición de danzas que ya en el siglo XIX aparecen como brokel-dantza o makil-dantza, y que se han seguido manteniendo hasta el presente en grupos como Ereintza o Iraultza. Y la danza ha conseguido desarrollarse en grupos nacidos internamente como Kukai, o acogidos como Dantzaz Konpainia en el marco del proyecto Dantzagunea.

Tenemos que esperar a la época romántica, para que alguno de nuestros vecinos sintiera la llamada de la creación musical. Ignacio Tabuyo, cantante y compositor el primero, al que siguieron después nombres como Nicanor Albisu, Julíán Lavilla, Valentín Manso, José Luis Ansorena, David Tellechea, Hipólito Zubillaga, Patxi Larrañaga o Eunate Prieto. Nacidos en Errenteria o vinculados a ella.

Entre los nombres propios podríamos recordar a destacados intérpretes como el cantante Ángel Echeverria, la organista Mª Josefa Valverde, el guitarrista Ignacio Ubiria, el violinista Juan Etxebeste, el pianista Félix Lavilla, la cantante Dora Alquiza, el violonchelista Pedro Corostola y su hermano el pianista Patxi Corostola, las cantantes Maite Arruabarrena e Itziar Lesaka y la violonchelista Lourdes Lecuona.

En el ámbito de la música tradicional varias son las canciones que figuran en cancioneros recogidas de errenteriarras, o vinculadas a la villa, quíen no conoce la canción Donostiako hiru damatxo Errenderian dendari…, pero quizás haya sido el bertsolarismo quien ha dado creadores destacados, al frente de los cuales figura Xenpelar, sin olvidar a Txirrita o a Xabier Olaskoaga, autor asimismo de una buena cantidad de textos de himnos y canciones de sociedades. Hoy en día Xenpelar Bertso Eskola mantiene viva y con empuje la tradición del bertsolarismo en Errenteria.

La enseñanza musical ha tenido primero en la Banda Municipal y en la Sociedad Ereintza para el txistu, y más tarde en Errenterial Musikal, la base desde la que han surgido centenares de músicos que han formado parte de las múltiples entidades musicales que despliegan su actividad en Errenteria.

La Banda de la Asociación de Cultura Musical, recogedora del testigo de las anteriores formaciones de bandas que han estado en todos los momentos importantes con su música.

Las diversas bandas y conjuntos de Txistu, desde la Banda Municipal, la Banda de Ereintza, o el alumnado de Errenteria Musical

Los Coros, desde el  parroquial a las actuales formaciones, Coral Andra Mari, Landarbaso Abesbatza, Otxote Karnaba, Coro Hirusta, formaciones de Zaria Koru Eskola o los diversos grupos corales que se forman para fechas como navidades.

Grupos musicales que han evolucionado a lo largo del siglo XX, desde la Orquestina Guezala o Los Incansables, a la Fanfare Iraultza;

desde TNT o Para Lelos a Bihotz Erre a los grupos integrados en el colectivo EMTE (Errenteriako Musika Taldeen Elkartea).

Si a todo lo anterior añadimos DJs, peñas rocieras, academias de danzas de salón, zumba o funky, que interactúan con la población aficionada a la música y a la danza, tenemos un conjunto de entidades y organismos musicales junto con un entramado social que ahora como hace 700 años entiende y disfruta de la música como uno de los elementos indispensables de la vida humana.

Tenemos que esperar al siglo XVI, en 1523, para tener la primera noticia musical, cuando traen los órganos desde Deba, adonde habrían llegado seguramente por barco

Ya desde el siglo XVII encontramos “danza o cascabelada con una docena de hombres”, tradición de danzas que ya en el siglo XIX aparecen como brokel-dantza o makil-dantza, y que se han seguido manteniendo hasta el presente en grupos como Ereintza o Iraultza. Y la danza ha conseguido desarrollarse en grupos nacidos internamente como Kukai, o acogidos como Dantzaz Konpainia en el marco del proyecto Dantzagunea.

Es extenso el listado de compositores  vinculados a Errenteira:  Ignacio Tabuyo,  Nicanor Albisu, Julíán Lavilla, Valentín Manso, José Luis Ansorena, David Tellechea, Hipólito Zubillaga, Patxi Larrañaga o Eunate Prieto.

La enseñanza musical ha tenido primero en la Banda Municipal y en la Sociedad Ereintza para el txistu, y más tarde en Errenterial Musikal, la base desde la que han surgido centenares de músicos que han formado parte de las múltiples entidades musicales que despliegan su actividad en Errenteria